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Zaraza y su influencia cultural en San José de Guaribe.
POR SORAYA GONZALEZ, CRONISTA OFICIAL DE SAN JOSE DE GUARIBE
Fundada en 1778, en este año se inicia en firme la fundación del pueblo de Chaguaramal del Peral – hoy Zaraza-. El 8 de enero del año 1779, según datos recopilados por Tito Sierra Santamaría en su libro “Sitios históricos del estado Guárico”, es erigida en parroquia eclesiástica; los moradores se comprometen a pagar la cuota para el sostén del párroco residente. El 17 de junio del mismo año la curia de Caracas aprueba la creación del Curato de San Gabriel de Chaguaramal. El 16 de junio de ese año el Gobernador y Capitán General Don Luís Unzaga y Amézaga aprueba el deslinde y prorrateo efectuado para la creación del pueblo de Chaguaramal. El primero de agosto de 1799 le entregaron oficialmente a los fundadores, una legua de terreno para sus ejidos. La historia y los historiadores han dicho que la fundación de Chaguaramal arranca del apellido Peral, pero a este apellido necesariamente se asocia a los Vargas Machuca, Arvelaiz, Hernández, Berroeta, Ron y otros de ilustre casta que fueron a cerrar filas en los ejércitos patriotas y otros en el bando realista. Zaraza ha sido escenario de grandes acontecimientos en el plano histórico, político, cultural, comunicativo o informativo entre otras cosas. Prueba de ello está en que en el año 1881 se publicó su primer periódico manuscrito El Porvenir y llegó la primera imprenta donde se editó El Unare que según los historiadores del periodismo zaraceño, apuntan que el primer número apareció en Zaraza el 4 de enero de 1881 bajo la dirección de Luís María Aguirre Graterol, editado en una imprenta de su propiedad. Muerto Luís María, su hermano, el poeta Luís Felipe, continúa con “El Unare”; cuando Luís Felipe desaparece en 1909, ya su sobrino Ladisdao Reyes Aguirre, cuenta cinco años frente al nombrado periódico; en 1915 Ladisdao muere y entonces su hermana María Reyes Aguirre asume la dirección, y desde esta fecha se prolongó por muchos años más la vida de este órgano periodístico. La vida del mismo fue de más de 50 años. Posteriormente a “El Unare”, seguirían El Pensil (1883); El Horizonte y El Credo Liberal (1887); El Estudiante (1888); La Voz del Pueblo y El Liberal (1889); El Tizón y El Porvenir (1891); La Chispa y El Soldado del Deber (1892); Ecos de Zaraza y La Fe (1895); El Sembrador (1933) y Unión (1934).
Las condiciones insalubres de la región, fueron provocando la disminución de su población por mortalidad y emigración; su economía, casi exclusivamente ganadera, se transformará a principios del siglo XX, cuando comienza la exportación de carne hacia Europa. El río Unare se usaba como vía de transporte fluvial por donde se embarcaba el ganado y los productos agrícolas. Después de la Primera Guerra Mundial comenzó el éxodo hacia las ciudades de la costa.
Haciendo referencia a la parte cultural de Zaraza, quiero resaltar en esta ponencia que hoy traigo para ustedes, que la misma marcó un importante aporte en la vida cultural de San José de Guaribe. La influencia cultural del estado Anzoátegui permitió la unión o mezcla de esa cultura con la del estado Guárico, heredando también de ella una cargo importante de influencia indígena. Zaraza durante muchos años ha mantenido una tradición alfarera, lo cual lo demuestra la presencia de vasijas indígenas, cuyos estudios los hizo la Universidad de Princeton en Estados Unidos y en donde se comprueba la existencia humana 100 años antes de Cristo, así lo señaló Pedro Castro Gutiérrez el al Libro de Manuel Abrizo- “Guárico Cruce Obligad de Caminos”- en la actualidad esta tradición se conserva y esto lo demuestra el extraordinario trabajo de la Sra Norberto González quien reside en las afueras de esta ciudad, en el sector Tablerito.
Según algunos datos registrados por cronistas natos de San José de Guaribe, como es el caso de Silvestre Bustamante (nacido a finales del siglo XIX), Rafael Celestino Rojas Barrios (nacido a comienzos del siglo XX), Francisco Rojas Barrios (nacido a comienzos del siglo XX), todos ellos fallecidos; y de las señoras Estela Rojas de Artílez, quien nació en noviembre de 1919 y hoy cuenta con 89 años de edad, al igual que la señora Elba Aragort de 84 años, narran que para el año de 1886 llegó a San José de Guaribe, proveniente de la Guasimita en jurisdicción de Zaraza la Señora Mónica Malavé, con sus hermanos Pragedis, Florentino, Jesús, Juan y Gerbacio . Los mismos eran descendientes de los kariñas, pertenecientes a la familia lingüística de los Caribe. El apellido originario de esta familia era de origen indígena – el mismo aún lo desconocemos- según datos dados por el Maestro Arturo Graffe Armas, y en una de las vistas pastorales realizada en San José de Guaribe, les fue otorgado en el momento del bautismo, el apellido Malavé que era el del secretario del ovispo, esta era la costumbre para esta época.
Cabe destacar que la Sra. Mónica Malavé, trajo desde Zaraza la tradición de alfarería y posteriormente, la existencia de una actividad alfarera desarrollada en esta región, la cual fue comprobada por investigadores adscritos al IVIC, entre ellos el arqueólogo Cruxent, quien nos habla de dos estilos diferentes, detectados en el material arqueológico recopilado en el sitio donde asienta el pueblo de Guaribe, y el cual llamó estilo Guaribe, y el otro recopilado en las afueras, donde estuvo un aserradero y el cual llamo estilo Aserradero. Hoy en día, aún se conserva una tinaja elaborada por la Señora Mónica Malavé, la cual está bajo la custodia de la Sra María Luisa Rojas Rojas, quien la conserva como un patrimonio familiar, la misma habita en la calle Bolívar de nuestra localidad.
La actividad alfarera en Guaribe dura hasta la década de los 40, aunque queda circunscrita al área rural, en el poblado desaparece cuando cesa el taller de Mónica Malavé. En el caserío el Pegón a donde se traslada su familia, Ezequiela Malavé continúa la labor de su madre y en el caserío los Cantiles, lo hace su hija Dolores. En otros caseríos como Guarebe, jurisdicción del municipio Pedro Gual de Miranda, pero vecino de Guaribe, lo realiza Juana Francisca Sáez con su hija Santa quien ha sido también una de nuestras informantes.”
No solamente nos vino desde Zaraza la tradición alfarera, sino que también, los hijos de Mónica Malavé ya nombrados, Florentino, Jesús, Gerbacio y Pragedis, trajeron consigo el toque y el baile de Los Carrizos reales. Contaban los hermanos Malavé, que en sus andanzas, mantuvieron contacto con indios Caribes y de ellos aprendieron la elaboración y ejecución de los mismos, así como también el baile.
Los Carrizos Reales son flautas de pan elaboradas de tallos de una planta llamada con este mismo nombre- carrizos reales-, familia de los bambúes, esta manifestación se ejecuta con tres flautas de pan que reciben el nombre de mano mayor, que es la que lleva la melodía, mano menor que lleva la armonía y prima que es quien lleva la base armónica. Posteriormente incorporaron el cuatro, el tambor y las maracas.
El Ateneo de Guaribe es la institución que se ha dedicado a la enseñanza y difusión de esta manifestación cultural, de hecho, existen trabajos de investigación elaborados por los profesores Guillermo Prieto, Tibaire Rojas, Sonia Vila y Alexander Alvarado, este último es el que ha mantenido viva esta manifestación, conjuntamente algunos alumnos de la E.T.A “Diego Bautista Urbaneja” y de esta manera seguimos cultivando nuestras raíces indígenas.
Cabe destacar que la generación que por muchos años mantuvo viva esta manifestación, estaba conformada por los cultores: Juan Gregorio Malavé, quien era hijo de Pragedis, Raymundo Bárcenas y Juan Acosta, ya fallecidos, a los cuales se le debe esta tradición.
Don Juan Gregorio Malavé fue quien llevó durante muchos años llevó la batuta de la elaboración y el toque del carrizo, el mismo nace el 25 de mayo de 1917, hijo de Pragedis Malavé y de Candelaraia Yaguaracuto. Murió el 27 de agosto de 1998, dejando un hermoso legado de su música.
En investigaciones hechas recientemente en esta población, se pudo comprobar que aun existe la presencia casi extinta de esta manifestación, la cual es importante reactivar. Según informaciones de Justino Urbina y José Campos Motabán, en el sector o caserío El Mono, vive un ciudadano que elabora y ejecuta los Carrizos Reales, solo nos falta entrevistarlo a él directamente y saber a ciencia cierta, de quien aprendió.
Afortunadamente, existen fotografías, grabaciones, videos y testimonios que comprueban lo anteriormente expuesto, y quiero entregar hoy, uno de esos testimonios, el cual consiste en una muestra digitalizada del toque de los Carrizos Reales, en donde el Sr. Juan Gregorio Malavé, antes de iniciar cada interpretación, hace una breve narración o descripción de la pieza musical que ejecutará. Es importante resaltar que esta suite musical está compuesta por doce piezas, con un orden consecutivo, las cuales se titulan: la viuda triste, la danza, el maremare, el atravesao, la gaita, el mono u oreja de perro, la pava, el galerón, el guarapo doble, el entreverao, la báquira y el guarapo simple.
Para finalizar mi ponencia, quiero proponer a las autoridades de esta bella población, a las instituciones culturales que hacen vida aquí, que planifiquemos un trabajo bien serio y bien sustentado para reactivar esta manifestación en esta localidad, manifestación que es de gran importancia ya que forma parte de nuestro patrimonio cultural indígena. Ofrezco la ayuda de los cultores de San José de Guaribe quien con todo gusto, están dispuestos a enseñar y difundir la misma.
Prof. Soraya González Rojas
Cronista Oficial Municipal de San José de Guaribe.
Estado Guárico. |
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